¿Líder o innovador?

¿Qué es ser un líder hoy? ¿Existe el liderazgo de innovación?

 

Como head hunter observo un denominador común, una clara tendencia de las organizaciones de contar con líderes que piensen disruptivamente y busquen influenciar y transformar. Las compañías consideran profesionales que provengan de negocios e industrias distintas. Buscan también incorporar perfiles emprendedores netos, que no estén “encorsetados” en formatos tradicionales de gestión. Se valora la resiliencia, y sobre todo la capacidad de sentir el error como aprendizaje. Se valora la personalidad y el potencial, por encima del conocimiento técnico, la experiencia y la dedicación.

“El liderazgo es la habilidad humana que logra la unión de un grupo y lo motiva para la consecución de ciertas metas”, expresaba David Acher cuando habla de liderazgo colaborativo. Por fuera de las definiciones, siempre hay puntos en común.

Los líderes hoy se caracterizan por proponer y motivar desde el ejemplo. Son cercanos y participativos, buscan el consenso, arman ambientes abiertos para generar debate, provocan intercambios intelectuales, y de estas experiencias logran que los  integrantes con distintas visiones se retroalimenten desde la diferencia. Tienen encarnado el valor de la diversidad, no como indicador de performance, sino que entienden que para comprender la amplia gama de necesidades de sus consumidores y clientes es indispensable contar con profesionales de distintos campos de  conocimiento, estilos, experiencias de vida, edades, géneros y entornos socioculturales.

Son por excelencia auto motivados, inquietos, curiosos y por definición emprendedores. Así logran que evolucione el negocio y ellos  mismos. Tienen el ejercicio incorporado de parar la pelota y mirar tres jugadas por delante. Esta revisión continua de cara a futuro los lleva a repensar  y redefinir constantemente sus estrategias. Estos “recalculando” ya no son anuales o semestrales…  ya no planifican un negocio con miras a 10 años. La exigencia de nuestros tiempos es muy acelerada. Antes se destacaba aquel ejecutivo con capacidad para planificar en el mediano y largo plazo. Hoy es más importante poder improvisar, resolver sobre la marcha, detectar una nueva necesidad y rápidamente poner la máquina a trabajar de una manera distinta.

Hoy los líderes, ¿están preparados para la innovación? ¿y para la disrupción? Según la expresión de “Innovación Disruptiva” creada por Clayton M. Christensen, en su libro El Dilema del Innvador, el objetivo del líder radicará en construir un negocio que tenga una gran ventaja competitiva, que construya un modelo de negocio exitoso, con un buen retorno, que sea escalable en el tiempo y sustentable.

El desafío es estar actualizado, abierto a las nuevas tendencias, lo cual implica una mentalidad totalmente permeable a lo nuevo, y de un continuo aprendizaje. Desaprender y aprender.

La valoración por el  know how cambió por la capacidad  para articular diferentes campos del conocimiento y transferirlo. El valor agregado está en el talento, quien pueda rápidamente entender un negocio, sus variables críticas y su proyección. Poder integrar los aspectos tanto racionales como intuitivos en la toma de decisiones. Quien pueda empatizar con su equipo y los distintos stakeholders, y especialmente favorecer el crecimiento de quienes lo rodean, es quien podrá ser, entonces, el nuevo líder del futuro.